Buceo nocturno
DIVERSION DIVERS cumplirá dentro de poco un año de existencia, una bonita noticia para nosotros, ya que un año desde el primer curso de Open Water Diver es recorrido suficiente para dar los siguientes pasos en nuestra formación como buceadores. Los amigos lo demandan. La curiosidad por los ambientes especiales se esparce por la escuela y los más jóvenes mascullan a mí paso. Se lo que piensan, yo lo hice primero; “¿Cuándo nos llevará a hacer una nocturna?”. Por ello, hoy hablamos del Buceo Nocturno.
Imaginaros la situación, noche de primavera con una temperatura agradable, un barco lleno de buceadores, todas sus caras son conocidas, la zodiac sobre vuela la superficie del mar, la luna esta en el oscuro cielo de la noche, llena hasta reventar dibujando una línea plateada sobre las olas, facilitando la ruta al patrón y marcándole los tiempos a los dos guías. Conocen la zona como la palma de su mano, la luz plateada brilla sobre los picos de los acantilados de la costa marcándoles los tiempos para avisar al grupo como si fuera de día, “echaros hacia atrás y controlad vuestros sitios del inicio y no perdáis de vista los equipos”. Esas cosas que hacen que todos estén tranquilos y que haga que ellos estén al loro.
Se dirige a la cala del lado Este del Cabo, el mar es un plato y las condiciones son perfectas para bucear. Estos días las corrientes y los vientos han estado tranquilos.
Los dos guías bromean como siempre, saben lo que se hace. Las linternas de todos los del grupo aseguradas en el lado izquierdo de su equipo, todos usan la misma configuración y el briefing inicial fue sencillo y claro. No se dejó nada al azar, los dos lo hicieron muchas veces antes y todo marcha según lo previsto.
El más joven de los dos guías se mezcla con el grupo de buceadores, dos líneas de personas completamente pegadas a babor y estribor del bote. Sus bromas hacen reír a todos, no cambiará nunca. El otro más grande y serio que el primero, aprovecha el momento para apoyarse en la patronera. Las caras del grupo son fáciles de ver gracias a la luna. Los revisa a todos. Sin que se den cuenta, las caras no identifican nada importante el nivel de estrés del grupo. Todo está bajo control por lo que la experiencia va a ser buena. Esta vez va a disfrutar hasta él.
Cuando llegan al punto de inmersión todos se preparan por parejas. Las linternas encendidas iluminando el suelo para no deslumbrar a los compañeros, se hizo mucho énfasis en el breafring y todo el mundo lo controla.
– “Agua?” – “Libre!!” una y otra vez se repite hasta que todos están en superficie.
El joven guía inicia el descenso colocando un estrobo a media agua del cabo de descenso, el brillo de este identifica el punto de partida una y otra vez. Es como un faro en la distancia para los barcos la luz, quedará fija en su sitio durante toda la inmersión. El otro guía, el más veterano, encabeza al grupo de descenso con su linterna alumbrando el fondo. Todos saben las claves, movimientos de arriba abajo para avisar y luego el haz ilumina la mano para marcar la seña. Una procesión de luces ingrávidas avanza por el fondo. El joven guía se queda algo retrasado comprobando que el grupo avanza sin problemas. Ellos saben cómo se hace, la imagen le recuerda a las pelis del espacio, piensa que está en marte, siente algo especial por su cuerpo, y disfruta como siempre de estos momentos.
La inmersión acaba con todos en el barco, las risas, las bromas del guía más joven, los abrazos de la gente evidencia que ha sido un existo. Los peces. La vida con un color especial, el suyo, el verdadero, la zona de buceo irreconocible para casi todos ellos y el tamaño de la luna de hoy tan grande que parece a propósito su visita.
El veterano, tranquilo, pensativo, con la sensación de que las cosas han salido bien, disfruta de ver a los demás. En ese momento el guía más joven lo aborda con su ímpetu de siempre, viene a contarle lo que ha escuchado hoy… que si cabos de vida, que si visión nula, que si tiempos marcados por apretones, cuevas y agujeros para campeones donde no se ve nada… bla bla bla, el veterano, mira de nuevo al grupo, sus sonrisas y piensa… “Pero que leche”.
Alejandro Martínez Teatino
Diversion Divers