Control de la flotabilidad

Iniciamos una serie de artículos sobre las diversas técnicas de buceo, cuyo aprendizaje, entrenamiento y perfeccionamiento, nos otorgan una forma de bucear, mucho más cómoda, divertida, segura y eficiente. Todas ellas se pueden aprender y mejorar mediante las especialidades, seminarios y entrenamientos con instructor que tienes a tu disposición en la escuela.

Hoy hablamos del control de la flotabilidad.

La esencia del buceo es sentir la ingravidez, es sentirse suspendido en la inmensidad de océano, sobrevolando la maravillosa creación submarina. La flotabilidad es por tanto, la base de este deporte. Es lo primero y más importante que hay que dominar y también lo que más trabajo y tiempo requiere. Nuestra flotabilidad define el tipo de buceo que hacemos, así como el impacto sobre nuestro propio cuerpo.

Imaginaos sobrevolando un ondulado arenal, suspendidos sobre una pradera de posidonia, atravesando arcos, túneles o cuevas, introduciéndoos en una bodega de un pecio, o lanzando una boya deco en la parada de seguridad… todas estas situaciones pueden proporcionarnos sensaciones indescriptibles, siempre que nuestro dominio sobre la flotabilidad nos permita centrar toda nuestra atención en ellas, para que las podamos disfrutar al máximo. Si por el contrario, nuestra flotabilidad no es buena, podremos levantar una tormenta de arena en el arenal, dañar la posidonia, pincharnos con algún erizo, provocar atascos en un túnel o cueva, llevarnos algún coscorrón en un pecio, o tener un descenso o ascenso a una velocidad que nos provoque alguna incomodidad.

Por tanto, es importante conocer qué factores afectan a nuestra flotabilidad, para tenerlos en consideración, cambiarlos o mejorarlos. E igualmente importante, es conocer qué aspectos de nuestro buceo son afectados por la flotabilidad.

Aspectos que afectan nuestra flotabilidad:

  • El peso, la densidad y el volumen de nuestro propio cuerpo.
  • Todos los elementos de nuestro equipo. Su tamaño, peso, volumen, forma, ubicación…
  • La respiración.
  • El trimado o postura.
  • La forma de movernos.
  • Incluso nuestra forma de ser y pensar afecta a la flotabilidad. Pues de ella derivan decisiones, comportamientos y actitudes que afectan a todo lo mencionado anteriormente.

Aspectos afectados por nuestra flotabilidad:

  • Nada es más relevante para nuestra seguridad y la de nuestros compañeros de buceo, como el control de la flotabilidad que tengamos.
  • Velocidad de descenso y ascenso.
  • Cuidado del entorno marino en el que buceamos.
  • Cansancio y consumo.
  • Disfrute y diversión.

Todos hemos empezado a bucear sin ser capaces de estarnos quietos, de controlar las piernas y el aleteo, dando algún que otro manotazo al compañero, incapaces de controlar un ascenso o descenso sin aferrarnos al cabo, todos hemos provocado más de una nube de arena, todos nos hemos fundido la botella hinchando y deshinchando del chaleco, todos hemos salido del agua agotados con la sensación de habernos peleado con todo nuestro equipo durante la inmersión…. Pero con ganas, entusiasmo, práctica y mucho entrenamiento se mejora a gran velocidad estos aspectos y se llega a un gran control de la flotabilidad que transforma nuestras sensaciones bajo el agua y nos permiten disfrutar muchísimo más.

La flotabilidad es pues, el corazón de este deporte y su dominio es esencial para bucear de manera segura y divertida y así poder disfrutar al máximo de todas las maravillas que nos esperan bajo el mar.

Víctor Díaz del Río González
Instructor de buceo



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