La física en el buceo (III)
Vértigo en el buceo…
Era un día perfecto. El sol en lo alto de un cielo azul sin nubes daba unos colores espectaculares a todo lo que nos rodeaba.
Marcaban las 11:30 en el ordenador de buceo. Chequeo de seguridad realizado, últimas miradas con el compañero, su mirada mezclada con la sonrisa y el nerviosismo de siempre me decían que todo estaba OK, “todo controlado”. Pleno agosto en nuestro punto de inmersión favorito, aguas cristalinas: desde mi punto de espera en la zodiac podía ver la cresta del bajo a 11 metros de profundidad, era espectacular. El patrón da el OK y ¡ZAS! Nos sumergimos como esperábamos y tras un descenso tranquilo pronto llegamos a las primeras rocas del bajo. Nada de corriente. La explosión de vida nos sacudió sin aviso: los meros reposaban en la vertiente con orientación noreste, nubes de pequeñas bogas dibujaban formas sobre nosotros, las paredes del bajo escondían sus tesoros por decenas, rocas con morenas, pequeños es pirógrafos dispersos por toda la zona, una vaquita suiza reposaba mostrando sus claros colores a esa profundidad… ¡Vaya inmersión teníamos por delante!
En ese preciso momento recibo el aviso acompañado de una fuerte presión en mi brazo. Sus ojos delataban que algo no marchaba, su señal fue clara: “algún problema en mi cabeza”. El grupo de buceadores que nos acompañaba recibe mi seña: “juntos nos subimos, algo no marcha”. El ok de todos hace que me centre en lo importante. Juntos, tras una corta estancia en la cota previa a la aparición de los problemas, yo en una posición donde todo su equipo, válvulas, tráquea y ordenadores quedaban bajo mi control, el compañero con concentrada respiración intentando relajarse, emprendemos el ascenso controlado, parada de seguridad incluida. Las burbujas que salen de su segunda etapa, evidencian que todo está bajo control. Sus ojos cerrados y su presión en mi brazo, me piden que todo pase rápido.
“Fue un vértigo acompañado de mareo, perdí el control poco a poco, con la sensación de que iba a desmayarme, me duró todo el tiempo que estuvimos bajo el agua”. Estas fueron sus palabras.
El sistema de compañeros, tener las cosas claras, no sobrepasar límites recomendados en el buceo recreativo y mantener la calma fue lo que hizo que aquella mañana todo quedara en un susto. Otro cantar nos hubiera acompañado entre improvisación o excesos de confianza.
Pues BOYLE con su ley fue quien nos pone en la pista del origen del problema. Su entendimiento y puesta en marcha de todas y cada una de las acciones que harán minimizar al máximo los riesgos derivados del vértigo alternobárico, serán la mejor herramienta para evitar sustos futuros. El volumen de gas contenido en un recipiente cerrado es inversamente proporcional a la presión a la que se le somete. Es decir, si aumentamos la presión el volumen se reduce en la misma intensidad, siempre y cuando la temperatura sea constante. Es importante ahora visualizar como es la fisiología de nuestro oído.
El canal auditivo externo queda unido al exterior, por lo cual no se verá afectado por variaciones de presión, siempre y cuando tapones de cera o capuchas no inundadas previamente, lo conviertan en un espacio lleno de aire estanco. Este es el motivo de que siempre inundemos nuestra capucha antes de sumergirnos o de no poder bucear con tapones de oídos. Por otro lado, el oído interno incompresible y lleno de fluido no se verá influenciado por la ley de Boyle, ya que ésta solo nos habla de gases, y los fluidos no se ven alterados en la misma proporción. Por esta razón, es el oído medio, separado por el tímpano del oído externo, y unido a la faringe a través de las trompas de Eustaquio, la cavidad que si se verá afectada por la ley de Boyle.
Estos cambios de tamaño en toda la zona del oído que sustenta los órganos del equilibrio es lo que produce el vértigo alternobárico, ya que se produce por una compensación desigual de los dos oídos. Esto provoca pérdida de equilibrio y la sensación descrita en la experiencia de esta historia: sensación de giros descontrolados, con nauseas, vértigo y, lo más peligroso de todo, el descontrol desbocado a pánico con la pérdida del conocimiento, causas responsables de accidentes de buceo. Hay que tener también en cuenta que la sensación de ingravidez, la oscuridad en la inmersión (no fue el caso de este día) complican a los órganos del equilibrio humano contenidos dentro del oído su buen funcionamiento.
El control de las técnicas de compensación de ambos oídos, una posición de buceo adecuada a la hora de equilibrar uno y otro oído, el control de la inmersión, profundidad en cada momento, referencias de objetos en la inmersión, lastre adecuado en una posición que siempre nos permita identificar el sentido de nuestro movimiento, son muy importantes para minimizar este tipo de dolencias. Evitar bucear durante, o los días próximos a enfermedades como resfriados o similares, que nos impidan compensar de manera adecuada. Porque es durante el ascenso y no durante el descenso donde se produce con mayor porcentaje esta dolencia, lo que nos dice que el estado físico debe ser perfecto para que una mayor congestión en un lado que en el otro de nuestro oído no ayude a que esto nos suceda. Recuerda volver a la posición o profundidad anterior a que esta sensación te llegue como acción primera, recuperar el control con calma de tu posición y orientación, comunicarte con el compañero para tener referencias y, lo más importante, relajarte concentrándote en la respiración alargando la exhalación frente a la inhalación en el tiempo, lo que te permitirá recuperarte rápidamente. Si esto no ocurre y el estado de vértigo aumenta o continua… mañana será otro día. Al barco.
Aquella tarde el sol se puso como siempre con un color naranja intenso por la parte superior de la isla, con su castillo en la ladera que nos recuerda a un sombrero con broche y pluma, con la sensación de que estas cosas que pasan bajo el agua nunca dejan las cosas como antes de que ocurran. Aprovechemos todo para intentar ser mejores, cercanos, comprensivos, humildes… buenos seres humanos y felices buceadores.
Alejandro Martínez Teatino
Diversion Divers