Bautismo escuela de buceo Madrid

Mi escuela de buceo

Es curioso, llevo ya algún tiempo buceando, he compartido mi hobby, con mucha gente.

En un principio desconocidos, personas anónimas que dejaron de serlo, de todo lo vivido siempre me sorprenderá lo mismo, el principio… tras infinidad de cursos de todos los niveles, ahora soy instructor de buceo, me sigo quedando con el “primer paso”, el bautismo de buceo.

Aún lo recuerdo, como si fuera ayer, aquel viernes por la tarde, después de una larga semana de trabajo necesitaba hacer algo el fin de semana diferente,  busqué en Google posibilidades para mí, opciones ocio diferentes que me pudieran hacer cambiar mi forma de vida, diversión, actividades para realizar en otoño y al final apareció, encontré la posibilidad de hacer el bautismo en una escuela de buceo, en mi ciudad…, ese anuncio hizo que cambiará todo, quería probar y sentir que se siente al estar durante unos minutos debajo del agua. Me animé rápido, llamé y reserve una cita.

El sábado por la mañana me levanté temprano, me hice un café, preparé mi mochila, un bañador, gorro para la cabeza, unas chanclas y una toalla. Salí en mi coche presto a la aventura.
Los nervios, las dudas, los miedos me acompañaron durante el viaje pero… quedaron en nada en cuanto entré en la piscina, todo era más sencillo, todo era más fácil de lo que me había imaginado, me dejé llevar y todo fue un éxito.

La piscina tenía el agua caliente, era climatizada, no hubo nada de frío, me pusieron el equipo, entré en el agua, una charla rápida donde me explicaron las tres cosas (o menos) que fueron necesarias. Sumergí mi cabeza y todo cambió de color, no solo por el agua a través de la máscara, hubo algo más.

Todo duró un buen rato pero en mi cabeza es como si hubieran pasado 3 minutos, por eso cuando ahora, los nuevos amigos en su experiencia me dicen “ya terminó” los entiendo, el tiempo pasa a otra velocidad diferente bajo el agua, el tiempo se para bajo el agua, el tiempo corre, el tiempo es diferente. No tuve ninguna duda y me apunté al curso de Open Water Diver, vinieron las prácticas en piscina, la teoría para saber de este deporte y eliminar todas mis dudas, la costa, las inmersiones, aunque esto será otra historia… el fin de inmersión.

Ahora puedo decir con el paso de los años que fue un acierto, lo que vino después lo demostró, todas esas caras al salir del agua, la gran cantidad de sonrisas regaladas, algunas lágrimas de superación, siempre de felicidad, son el pago en efectivo al acierto de aquel día, a la decisión correcta de decidirme a realizar algo atrevido, algo distinto, algo que cambio mi vida.

Solo un tipo normal…



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